El pasado fin de semana, se celebró en Sant Just Desvern la trigésima edición de la “Cursa de Karts de Coixinets”, treinta años (que se dice pronto) bajando por una calle de 600m con dos grandes curvas montando sobre unos ingeniosos karts hechos a mano y que avanzan por efecto de la gravedad, el empuje de uno de los dos ocupantes y cuatro grandes rodamientos que desplazan todo el conjunto directamente sobre el suelo.
Este año ha habido también participantes que hemos bajado en patines, longboards y alguno con street luge o monopatín. Igual que en otros eventos en los que he participado, como varias carreras atléticas donde también corrían patinadores, he tenido la sensación de ser la nota de color marginal que hay que encuadrar de alguna manera. Por otro lado es lógico que el acontecimiento, que se celebra como una fiesta popular en la localidad, tenga como principales protagonistas al centenar de karts que se dieron cita. En cuanto a la organización, se notaba que no tenían experiencia respecto a participantes que no bajasen en los tradicionales karts, pero al menos tenían la voluntad de intentar arreglar las incidencias. Había buenas protecciones y señalización a lo largo del descenso (aunque en la zona de llegada se necesitaría un poco más de espacio para la frenada), gran número de voluntarios, megafonía, servicio médico y cuerpos de seguridad.
En la jornada del sábado se confirmaban las inscripciones, al menos un par de patinadores no se pudieron inscribir por problemas con la preinscripción por Internet. Durante la mañana dos bajadas individuales, una de reconocimiento y la primera cronometrada. Por la tarde dos cronometradas más, la segunda ya casi atardeciendo. Posteriormente se hacía una bajada en grupo con antorchas, a lo largo de las calles del pueblo hasta un parque donde había espectáculo pirotécnico, chocolatada, proyección del DVD de los treinta años de carreras y la entrega de tiempos.
El domingo por la mañana los seis patinadores que participábamos, al tener la oportunidad de bajar sólo cuatro veces decidimos bajar todos en grupo en cada una de ellas. Colocados en una parrilla como en las competiciones de motos y al ponerse en verde el semáforo salíamos todos para abajo. La segunda bajada se hizo de dos en dos porque la organización nos propuso una bajada de exhibición y resultó que contabilizaba. En la tercera bajada, con la gran afluencia de público y el hecho de que los patines no hacen ruido al bajar a diferencia de los karts, junto con el despiste de la organización que dio vía libre sin avisar a todos los tramos que ya bajábamos, tuvo lugar un incidente, que afortunadamente no quedó en nada, al encontrarse los primeros patinadores con gente cruzando la pista en plena bajada. En la cuarta bajada, la que más disfrutamos, una moto precedía el grupo y otra lo cerraba dando seguridad al descenso, a la vez que el numeroso público no dejaba de animar.
En cuanto a los resultados, los decidimos los propios corredores, el más rápido fue “Celu” con sus quads y detrás “Roller Inside” con su hardcore y guía de velocidad, ambos vinieron de Madrid sólo a la carrera y eran los más habituados a estas competiciones de descenso. Luego Xavi, y posteriormente Armin y Miguel muy igualados, por último yo, que iba sin mucha experiencia en bajadas tan pronunciadas y con bastantes ganas de seguir estando de una pieza ;D También Kalvin estuvo la mañana del sábado aunque luego se tuvo que ir.
No me considero un experto del patinaje y he conseguido bajar a mi ritmo todo el fin de semana sin incidencias de consideración. Esto quiere decir que cualquiera que sepa frenar puede apuntarse a este tipo de descensos. Es una experiencia más y la adrenalina está asegurada. Yo creo que he mejorado éste fin de semana, al menos tengo más confianza en mi mismo patinando y he confirmado que el taco de los Nighthawk no aguanta mucho. Normalmente no patino con taco pero en las pocas ocasiones que lo he usado, ya lo he desgastado hasta el final. Y he confirmado esta apreciación con otros patinadores.